Como una promesa naciste en silencio,
    con el viento en contra y gran escasez;
    pero tu mirada se posó en el cielo,
    donde Santa María confirmó tu fe.

    El tiempo maduró aquella esperanza
    llena de ilusiones sólo para el bien
    de almas que se formen como cera blanda,
    en virtudes que conforman los valores de la fe.

    Naciste de la nada, pero has llegado a ser…
    un gigante de la gracia
    dentro de tu sencillez;
    de la mano de la Virgen
    has aprendido a crecer.
    Eres fruto de la entrega
    de almas que han sabido dar
    lo mejor de su existencia
    para que yo… aprenda a volar. (viva en la verdad)

    Unas manos firmes y un corazón grande,
    donde sólo mora la gloria de Dios,
    te envolvieron, tiernas, con su amor de madre,
    y hoy sus hijas continúan, con entrega, esta misión.
    ¡Que tienes Colegio que te quiero tanto!
    Has sabido darme mucho más que amistad.
    La labor de todos los que en ti trabajan
    va forjando mi existencia hacia el más alto Ideal.